El día dos del
reto, que consiste en escribir cada día algo sobre un tema determinado, me ha
llenado la cabeza de dificultades. El tema es “no puedo vivir sin”. Ahora me
doy cuenta que para escribir no es suficiente tener el tema.
Si escribo sobre
las cosas con las cuales creo que no puedo vivir, me asalta la duda si no
desaparecerán. Por eso prefiero no escribir sobre ellas, o por lo menos no ponerlas
en esa clasificación un poco odiosa de “no puedo vivir sin”.
Durante la semana
pensé que para ser literal podría decir que no puedo vivir sin la vida porque
de lo contrario estaría muerto. También pensé escribir sobre la relación que
tengo con Dios, pero creí que era banalizar un tema serio. Pensé en mencionar
que no puedo vivir sin mi hija y mi esposa, pero muchos que han dicho eso les
ha tocado vivir sin ello, así que prefiero no decirlo.
El fin de semana
ocurrió algo que llenó de satisfacción mi corazón. Ir, por nada, a hacer un
evento infantil con un mimo, un cuentero, canciones, títeres, manualidades,
etc. El evento llenó mi corazón. Los niños, las sonrisas, y la mirada de
alegría de muchos es suficiente retribución.
Si tuviera que
definir hoy, con qué no puedo vivir, diría que no puedo vivir sin pensar en la
oportunidad de mejorar la calidad de vida de otros por medio de un elemento
educativo.
Dicen que todos
tenemos un propósito en la vida. Creo que el mío es enseñar. No sé mucho, pero
intento enseñar bien. Pienso que si alguien es impactado por un buen maestro,
tendrá la suficiente motivación para romper las barreras de un salón de clase,
de un evento.
No puedo vivir
sin hacer lo que me apasiona. Enseñar.
John Anzola.
1 comentarios:
Bueno el escrito, pienso que todo escrito hecho con el alma, sin medidas y con las dosis perfecta de armonia, siempre sera un escrito perfecto.
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