A los ojos.

Hablamos mirándote a los ojos. Ese el eslogan del Banco Fallabella, lo vi en una de sus pautas publicitarias por televisión. En el comercial lo repetían dos veces, y salía escrito en una ocasión. El publicista se esforzó en que dicho mensaje quedará en la mente del público, y lo logró.

La primera vez que lo vi, lo entendí. Solo que ese mirándote a los ojos no tiene nada de  magnifico. Claro, la asesora comercial me miró a los ojos y me dijo que debía pagar de nuevo la cuota de manejo de una tarjeta que desde hacía tres meses no utilizaba. ¿Por qué? Me explicó. También me miró a los ojos. Tuve que pagar.

El sistema bancario es como una aspiradora. Terminas por utilizarlo. Y él termina por mandarte un mensajero que te diga que tienes que pagar 2 y hasta 3 veces la compra, o el préstamo. ¿Por qué no fui hijo de un banquero?

Según Portafolio, las ganancias de los bancos, en 2012, fueron  34.3% más altas que las del mismo periodo del año anterior. Los bancos reportaron utilidades por 665.647 millones de pesos. La nota dice: la banca colombiana sigue gozando de buena salud.

Pero, ¿cómo no va a gozar de buena salud si cobran por cargar un plástico en la billetera, por consultar un saldo, por dos días de mora, por dos días de ajustes del sistema?

En conclusión, en Falabella me miraron a los ojos y me dijeron que debía pagar $35.000, por nada. En BBVA fueron $55.000, por nada, ni siquiera la utilice una vez. En juntas ocasiones me miraron a los ojos. ¿Y?

La banca goza de buena salud. Los que no gozamos de buena salud somos los usuarios. La noticia debería ser al contrario: en el 2012, los colombianos dejaron de invertir, en su familia y en sí mismos, 665.647 millones de pesos, por pagar en un banco donde sus asesores comerciales nos miran a los ojos y nos dicen, tienen que pagar.

John Anzola 

(Imagen tomada de http://cdn.elespectador.co/files/imagecache/560x373/images/201108/2c6725bd21baf9303dc28418eae59f21.jpg)